terça-feira, 4 de agosto de 2015

'Guiris Go Home', teatro contra los turistas El barcelonés Marc Caellas estrena una obra que se toma con humor el modelo turístico de la ciudad




'Guiris Go Home', teatro contra los turistas
El barcelonés Marc Caellas estrena una obra que se toma con humor el modelo turístico de la ciudad
Escenarios | 17/12/2014 - 08:53h | Última actualización: 06/03/2015 - 13:23h

Guiris go home. Ese es el explícito título de la obra de teatro que el director Marc Caellas (Barcelona, 1974) representa hasta este domingo en el Antic Teatre (c/Verdaguer i Callís, 12). Se trata de una reflexión sobre la invasión turística de Barcelona, inspirada en las recientes protestas vecinales contra los estragos del "turismo de borrachera" en la Barceloneta.
Los intérpretes son Víctor Solé, Camille Payet, Carles Poy y Bárbara Bañuelos. En el espectáculo hay proyecciones, interacción con el público e incluso se cocina una paella en vivo y se sirve sangría. "Y habrá referencias literarias, como la 'Oda a la paella' de Pemán: '¡Oh, insigne sinfonía de todos los colores! / ¡Oh, ilustre paella...!'". Y también se aportarán propuestas constructivas: "Defendemos el turismo experimental de vanguardia. ¿Por qué ir siempre a la Sagrada Familia? ¿Por qué no una ruta de las calles que empiezan por 'p'?".
Para Caellas, "no podemos resignarnos a ser una ciudad pensada para los cruceristas. Autores como Hakim Bey sostienen que, históricamente, el turismo proviene de las guerras, de los saqueos que realizaban las tropas napoleónicas por los lugares por donde pasaban. Hoy, los disparos se realizan con cámaras fotográficas. Los turistas son gente que consume experiencias, y el consumo desgasta aquello que es mirado. Las hordas turísticas causan estragos en ciudades tan bellas como Venecia o Praga, les roban el alma, alteran su paisaje y deterioran su patrimonio".
La obra reflexiona sobre varios aspectos. "Uno tiene que ver con el tema de 'Viaje alrededor de mi habitación', el libro clásico de Xavier de Maistre. Hoy nos dan dos días de fiesta y salimos como locos a ver Praga en una maratón... y, a lo mejor, nos lo pasaríamos mejor si nos quedáramos en casa. El turismo, como dijo alguien, consiste en transportar a gente que estaría mejor en su casa a lugares que estarían mejor sin ellos. El problema es que todos contribuimos a esa industria, todos nos estamos volviendo demasiado guiris. Llegamos, desordenamos la vida de alguien y nos largamos. Somos turistas emocionales, consumiendo experiencias, agitándolas".
Caellas ha estrenado algunas de sus obras en ciudades como Miami, Bogotá, Caracas o Buenos Aires, lugares donde ha vivido. Tras haber trasladado al teatro textos de autores como David Foster Wallace, "Guiris Go Home" es la primera vez que estrena en su ciudad. El tema de la desnaturalización de la identidad de Barcelona le preocupa desde hace tiempo, pues es autor del ensayo "Carcelona" (Melusina, 2011), donde expone a través de crónicas la debacle de una ciudad que él ve víctima de "la dictadura del civismo, Copito de Nieve, el aburguesamiento del Camp Nou, las visitas papales, el marketing capaz de vender humo o la criminalización de esas personas llamadas despectivamente 'antisistema'".
Que nadie piense que hay una base xenófoba en la propuesta de "Guiris Go Home". "Para nada. Todos somos guiris -asegura Caellas-, todos hacemos el guiri en ocasiones. Para mí, es una actitud, no tiene que ver con tu procedencia. Lo planteamos todo con mucho sentido del humor. Barcelona es cosmopolita y está bien que venga gente. El problema no es visitar una ciudad, el problema es la actitud con la que vienen. 'Guiri' es una palabra peyorativa en origen pero que, como les ha sucedido a 'sudaca', 'gabacho' o 'charnego' hay gente que la reivindica y se define a sí mismo con ella. Pero, si, por ejemplo, el festival Primavera Sound tiene un límite de venta de entradas, para no desbordarse, la ciudad debería imponerse también un tope de turistas, porque Barcelona no puede crecer más y los turistas, en cambio, aumentan cada año. Es insostenible".
"Otra de nuestras reivindicaciones -prosigue Caellas- es la renta básica para aquellos que vivimos en barrios turísticos. Si nos pagan un sueldo mensual razonable, cumpliremos nuestro cometido de hacer de extras de este parque temático". El fondo de la cuestión es una paradoja: "Si todo son tiendas y hoteles, perdemos nuestro atractivo porque la gracia de Barcelona es que es una ciudad donde vive gente y tenía personalidad".




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